O cómo conseguir que tu hijo se coma las verduras.

Hace poco me escribió un alumno y me sorprendió su historia. 

Había decidido comprar la Clase Magistral sobre ventas y persuasión de Eduardo Rosser.

Pero no lo hacía para vender más, mejorar sus dotes de negociación o aumentar su tasa de cierre de ventas. 

Nada de eso. 

Lo hacía porque su hija tiene dos años, esa edad donde ya empiezan a entender, hablar y razonar un poquito, y él quería mejorar su forma de comunicarse con ella. 

No para manipularla y hacer que se coma las verduras contra su voluntad. Ni para que la niña deje de jugar cuando es la hora de dormir. 

No. Lo que busca este padre es entender mejor cómo funciona la mente de su niña para tener una comunicación más efectiva. Hablándole de lo que le interesa a ella. A él no. Eso a la niña le da igual. 

Bien.

Lo mejor de esto es que los niños son como esponjas. Y esta niña va a tener la inmensa fortuna de aprender, de forma casi natural, cómo persuadir y comunicarse de forma efectiva. Su padre no se lo va a tener que contar. Ella observará cómo lo hace y lo aprenderá con la misma facilidad con la que cada día aprende una palabra nueva. 

No sé a ti, pero a mí me parece que enseñar algo así a tu hijo es uno de los mejores regalos que un padre puede hacer. 

Bueno. 

Tengo una Clase Magistral de ventas y persuasión. Sirve para entender cómo funciona la mente de una niña de dos años. También la de esa persona que te trae de cabeza en esa negociación que se te resiste. Y es que la persuasión consiste en unas pocas herramientas. 8 ó 9, no muchas más. Y unos cuantos marcos mentales que nos ayudan a identificar cuándo utilizar una herramienta u otra. Aprende a combinarlas, y podrás crear tus propias coreografías lingüísticas para acercarte más a tus objetivos.

Igual te interesa. O igual ya lo sabes todo sobre comunicación persuasiva. En cuyo caso no hace falta que hagas clic en el enlace de abajo que tiene todos los detalles de esta formación: